"Porque es preferible reír
que llorar". Así, sin más preámbulo,
Antonio Germano y Sergio Cangiano se refieren al estreno de
este sábado, a las 22, en el Centro Cultural Provincial,
de la comedia "Anclado en Madrid", de Roberto Ibáñez,
obra que fue ganadora del certamen de dramaturgia Ciudad Autónoma
de Buenos Aires.
Objetivo: la risa
Pero como siempre en toda obra
de teatro nada es tan sencillo, nada es tan fácil. Rita
no quiere, desconfía de las promesas espectaculares de
Jacinto. Jacinto que está solo y pobre, comienza a verla
como algo más que una compañera para bailar su
tango. Empiezan los deseos, las insinuaciones, una seducción
entretenida, hasta llegar a la sorpresa que Rita esconde en
su entrepierna. Y el desenlace del juego habrá que ir
a verlo.
"La risa es el único
y gran objetivo de la puesta en escena. La risa, que nos hace
olvidar penas y pesares, que nos limpia la cabeza de preocupaciones
y que nos deja más clara la mirada.
"Los parlamentos, chistes,
réplicas y bocadillos son la base de un humor que observa
la realidad de los argentinos soñadores que en busca
de nuevos destinos llegan a Europa con la esperanza de reconocimiento
y éxito", sostienen.
Los personajes, Jacinto y Rita,
viven el placer de esconderse o escaparse por los finos márgenes
que el primer mundo descuida y que los sudamericanos usan para
sobrevivir en él".
Para los actores, la comedia es
un ejercicio, desafío y compromiso de buscar cómplices
en la platea para luego juntos, momento a momento, tener la
fiesta de la sonrisa, la risa o la carcajada... Ya se verá.
Dinámico y preciso, el tiempo
corre por los enredos, las exageraciones, la ridiculez y el
estímulo que la anécdota hace vibrar en las escenas.
La obra es un cuento absurdo de
amores imposibles, apetitos permanentes, frustraciones inacabables,
pedidos a la Virgen de la Macarena y lealtades afectivas.
Tanto Antonio Germano como Sergio
Cangiano tienen en su haber una gran trayectoria local, regional
y nacional como hacedores de teatro, con estudios y preparación
en nuestro país y en el exterior.
Para ambos, "la cultura es
la sonrisa. A nivel cultural se prestigia más lo aburrido,
lo solemne que lo cómico y lo gracioso. Sin embargo ése
es un estigma de aquellos que no saben divertirse en los casamientos.
Ya que las grandes obras cómicas de la historia (las
comedias de Aristófanes, de Moliere, de Shakespeare,
fundan raíces en nuestro mundo contemporáneo de
Chaplin, el Gordo y el Flaco, los hermanos Marx y en nuestro
país, Sandrini, Niní Marshall, Alberto Olmedo)
forman parte del imaginario colectivo como un espejo deformante
que nos estalla en la cara en una gran carcajada que se burla
de nuestras debilidades y ridiculeces. Y son el condimento en
el gran festín de la vida y el arte".